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Roman Calendar

martes, 27 de enero de 2009

Etimologías Latinas

Aquí tenéis el enlace a la lista de reglas de etimología que entran para selectividad, así como el listado de posibles palabras que pueden caer en el examen. Las haremos poco a poco en clase para que no quede ninguna duda, explicando su evolución y dando derivados de cada una de ellas. Descargad el listado y llevadlo a clase:

lunes, 12 de enero de 2009

Los soportes e instrumentos de escritura

Jeje. Así que pensando que quizás os librábais de otra ficha de profundización para esta nueva unidad. Pues, ni hablar. Aquí la tenéis; es una ficha sobre los materiales que tenían los niños romanos para estudiar en la escuela (ludus). Con esta ficha podréis comprobar lo afortunados que sóis hoy en día teniendo a vuestra disposición tantos materiales: bolígrafos y rotuladores, tipp-ex, ordenadores e impresoras, internet... Ya sabéis lo que tenéis que hacer con ella... ¡A estudiar!

Los Juegos


Entre los romanos, eran muy populares los juegos de azar, como alea, con dados; caput aut navis, con una moneda lanzada al aire (cara o cruz); digitis micare, consistente en adivinar la suma de los dedos que los participantes sacaban a la vez; o par, impar, donde había que adivinar el número de piedras totales de los jugadores.
Competían en juegos de habilidad y puntería que se jugaban con nueces (nuces), huesecillos (talus), monedas (nummum iactare) o canicas (ocellati).

Había varios juegos de tablero para dos jugadores:
- Duodecim scripta: sobre un tablero dividio en veinticuatro casillas había que llevar piezas desde la primera casilla a la veinticuatro.
- Latrunculi: consistía en eliminar las ocho fichas del contrario de un tablero parecido al de ajedrez, cercándolas por la línea horizontal y vertical.
- Tabula lusoria: similar al "tres en raya". Sobre un tablero, había que alinear tres fichas seguidas. Existían muchas versiones de este juego.

Entre los juegos en grupo al aire libre era habitual la gallina ciega o musca aenea. Se le llamaba "mosca de bronce" porque el jugador que iba con los ojos vendados gritaba: "Yo cazaré a la mosca de bronce" y los demás le contestaban: "Tú la cazarás, pero no la atraparás".
También jugaban al aro (orbis), a columpiarse sobre una tabla (oscilum), a diversos juegos de pelota (pila), a bailar la peonza (turbo) o con muñecas articuladas (puppae), que, como las actuales, tenían todo tipo de complementos, como trajes, casas, etc. Junto a estos juegos también tenemos constancia de la existencia de las damas, la oca, el yoyó y pequeños juguetes de madera o barro con figuras diversas.

viernes, 9 de enero de 2009

Lucrecia o el fin de la Monarquía Romana

LUCRECIA



A Lucrecia se la representa generalmente en el momento en que se mata clavándose un puñal o arrojándose sobre una espada.

Virtuosa noble romana, Lucrecia era esposa de Colatino. Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, se enamoró de ella y se introdujo de noche en su habitación, aprovechando la ausencia del marido, que estaba con el ejército. El hijo del rey, armado, intentó por todos los medios seducir a la mujer y ante el rechazo de Lucrecia amenazó con matarla a ella y a un esclavo y dejarla junto a su cadáver. De ese modo se pensaría que Lucrecia había sido sorprendida en adulterio, en compañía de un siervo. Sin escapatoria, la mujer cede a los deseos de Sexto. Al día siguiente Lucrecia mandó llamar a su padre y a su esposo. Después de informarles de lo sucedido, hace que los dos hombres juren vengarla y se quita la vida clavándose un puñal. Junio Bruto, sobrino de Tarquinio el Soberbio que asistió a la escena, incitó al pueblo a la revuelta y expulsó al rey y a sus hijos de Roma.
Esa historia marca el comienzo de la República romana, de la que Bruto y Colatino fueron los dos primeros cónsules. La imagen de Lucrecia, que se mata prefiriendo la muerte al deshonor, es un tema recurrente en la iconografía renacentista, que interpreta el sacrificio extremo de la mujer como símbolo de la virtud conyugal.

En la imagen podemos ver a Sexto Tarquinio, que amenaza a Lucrecia, lanzándose contra ella armado con un puñal. Lucrecia trata en vano de liberarse de la amenazadora figura de Tarquinio.

miércoles, 7 de enero de 2009

El Nacimiento de la vía Láctea

8 - El Nacimiento de la vía Láctea. P.P. Rubens; siglos XVI – XVII. Museo del Prado (Madrid)

La Vía Láctea surgió en una ocasión en que Juno amamantaba a Hércules. Se quedó dormida y el semidiós, al sorber con fuerza provocó un exceso de leche, que se desbordó de su boca y se derramó por el cielo. Según el mito fue Mercurio quien arrancó al pequeño Hércules del seno de Juno.

Hércules es hijo de la mortal Alcmena y de Júpiter, quien seduce a la mujer asumiendo la figura de su esposo, Anfitrión. Por este motivo Juno mantuvo un profundo rencor hacia el héroe. Según la tradición mitológica, Juno dio de mamar a Hércules, pero sobre este asunto hay tres versiones: En la primera, Alcmena, por temor a los celos de Juno, abandona a Hércules recién nacido en el campo; por allí pasan Juno y Minerva, que, admirada del niño, convence a Juno de que se lo ponga en el pecho, y así lo hace, hasta que el niño le da tales tirones, que la diosa, disgustada, lo arroja lejos de sí; Minerva lo recoge, se lo lleva de nuevo a Alcmena y le ordena que lo críe. En la segunda versión, Mercurio, sabiendo que los hijos de Júpiter no podrán alcanzar honores celestes si alguno de ellos no mama del pecho de Juno, consigue poner a Hércules, recién nacido, al pecho de Juno, hasta que ésta se da cuenta y entonces se quita al niño del pecho, pero éste ya ha mamado de la leche divina que le hará inmortal a su debido tiempo, y la leche que se derrama del pecho de Juno será catasterizada y pasará a ser la Vía Láctea. En la tercera versión, el niño mamaba con tal avidez, que la leche de Juno se le derramaba fuera de la boca y así se formó la Vía Láctea. En todos los casos Juno ignora de quién es el hijo al que está dando de mamar.

El Juicio de Paris

7- El juicio de Paris. Rubens, siglos XVI – XVII. Museo del Prado (Madrid)



Paris no tiene connotaciones iconográficas específicas. Se le suele representar en el episodio del juicio, con la manzana de oro en una mano. A su lado puede estar Hermes, mientras Paris se encuentra ante Afrodita, Hera y Atenea.

Paris, hijo de Hécuba y Príamo, rey de Troya, y hermano de Héctor. Poco antes de su nacimiento se le predijo a Hécuba que el hijo que tenía en su seno causaría algún día la destrucción de Troya. La reina, atemorizada, abandonó en el monte Ida al niño, que fue criado por pastores. A continuación, Paris se hizo reconocer por su padre, que lo acogió devolviéndole su condición de príncipe. A Paris se le recuerda sobre todo por el episodio del famoso juicio que ocasionó la guerra de Troya. La leyenda cuenta que, durante el banquete de bodas de Peleo y Tetis, la diosa de la discordia, ofendida por no haber sido invitada, arrojó sobre la mesa de los dioses una manzana de oro con esta leyenda: "Para la más bella". Inmediatamente surgió una disputa entre Juno, Minerva y Venus, que se pelearon por el regalo. Para dirimir la disputa, Júpiter encargó a Mercurio que fuera al monte Ida y entregara la manzana a Paris, quien habría de elegir entre las rivales la más bella. Las diosas se presentaron ante Paris y trataron de corromperlo con el fin de obtener la manzana. Juno prometió al joven la soberanía sobre Asia entera, Minerva la sabiduría y la victoria en los combates y Venus el amor de Helena, la mujer más bella del mundo. Paris escogió a Venus y dio la manzana a la diosa del amor.