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Roman Calendar

domingo, 26 de octubre de 2008

Textos para Selectividad

Por si alguno está interesado en el resto de autores que entran para las pruebas de Selectividad en la Región de Murcia, aquí os dejo los enlaces de los textos de los demás autores (además de Tito Livio).
Ovidio, Metamorfosis:
Ovidio

Salustio, La conjuración de Catilina: Salustio

Virgilio, La Eneida: Virgilio

Ya sabéis, si queréis profundizar en el Latín II aquí tenéis muchos textos, no digáis que no será por material.

Haciendo nuevas amigas

HACIENDO NUEVAS AMIGAS


La ventaja de vivir en España es que a veces me dan hecha esta página, o casi. Hoy se la brindo a la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, a cuya presidenta, Rafaela Pastor, debo el asunto. Diré de paso que escribo presidenta porque está impuesto por el uso –por eso figura en los diccionarios– y también por ese agradecimiento del que antes hablaba; en realidad presidenta es a presidente lo que amanta es a amante; y que yo recuerde ahora, sólo parturienta es de verdad parturienta y no parturiente, pues las únicas que paren son las hembras, mientras que amante, contribuyente, paciente o presidente, por ejemplo, son palabras de género neutro –aquí sí es correcto decir género y no sexo, pues hablamos de palabras, no de personas–. Pero bueno. Igual todo esto es muy complicado para doña Rafaela. Así que para no darle quebraderos de cabeza, iré al grano. Y el grano es que la antedicha, en nombre de la plataforma que preside, exigió hace unos días que la Real Academia Española incluya en el diccionario las palabras miembra y jóvena, con este singular argumento de autoridad: «Si tenemos que destrozar el lenguaje para que haya espacios de igualdad, se deberá hacer». Y además, dos huevos duros.
Pero lo más bonito del aquí estoy de doña Rafaela se refiere al latín, al que acusa de originar buena parte de los males que afligen a las mujeres en España. El latín es machista y culpable, sostiene apuntando con índice acusador. El español actual viene, según ella, de una lengua forjada en una época «en que las mujeres eran tratadas como esclavas y eran los hombres los que decidían y concentraban todo el poder». Sobre el árabe –que también tuvo algo que ver en nuestra parla– doña Rafaela no se pronuncia: sería racismo intolerable en boca de una feminata andalusí. Es sólo la lengua de Virgilio y de Cicerón la que, a su juicio, «nos supone un lastre, ya que validamos nuestra sociedad mirando siempre al pasado». Lo curioso es que, a continuación, la señora –dicho sea lo de señora sin animus iniuriandi– admite que ni sabe latín ni maldita la falta que le hace. Sobre la historia de Roma, de quiénes eran esclavos y quiénes no lo eran, tampoco parece saber más que de español o de latín; pero en política, como en Internet, cualquier indocumentado afirma cualquier cosa, y no pasa nada. Es lo bueno que tienen estos ambientes promiscuos. Cuantos más somos, más nos reímos.
Lo más estupendo y moderno es la conclusión de doña Rafaela: hace falta una represión «a través de inspecciones sancionadoras» de quienes no ajusten su lenguaje a la cosa paritaria, a las leyes de igualdad estatal y andaluza, y a ese prodigio de inteligencia y finura lingüística que es el Estatuto de Andalucía. En cuyo contenido político, por cierto, no me meto; pero cuya pintoresca redacción, que incurre en los extremos más ridículos, debería avergonzar a todos los andaluces –y andaluzas– con sentido común. O sea: para que España sea menos machista, cada vez que yo me siento a teclear esta página, por ejemplo, debería tener a un inspector de lenguaje sexista sentado en la chepa, dándome sonoras collejas cada vez que escriba señora juez en vez de señora jueza –que la RAE incluya algo en el diccionario no significa que sea lo más correcto o recomendable, sino sólo que también se usa en la calle–; o me haga pagar una multa si no escribo novelas paritariamente correctas: un guapo y una guapa, un malo y una mala, un homosexual y una lesbiana, una parturienta y un parturiento.
Y sobre todo, el latín. Ahí está, sí, la fuente de todos los males, a juicio de doña Rafaela y su hueste. Tolerancia cero, oigan. Incluso menos que cero. Ni un elogio más a esa lengua que, incluso muerta, sigue haciendo tanto daño. Porque cada vez que a una mujer la despiden del trabajo en Manila por estar embarazada, la culpa es del latín. Cada vez que una mujer taxista le grita a otra conductora –lo presencié en Madrid– «¡Mujer tenías que ser!», la culpa es del latín. Cada vez que hay una ablación de clítoris en Mogadiscio, la culpa es del latín. Cada vez que un hijo de puta acosa o viola a su empleada en San Petersburgo, la culpa es del latín. Cada vez que un capullo meapilas se arrodilla ante una clínica de Londres con los brazos en cruz para protestar contra el aborto, la culpa es del latín. Cada vez que un marido llega a casa borracho, en Yakarta, y golpea a su mujer, la culpa es del latín. Cada vez que una mujer le pega una paliza en Vigo a la mujer que es su pareja, la culpa es del latín. Si los académicos no hubieran estudiado latín, la Real Academia Española estaría llena de miembras, y el diccionario lleno de jóvenas. Y a las imbéciles, con mucha propiedad, las llamaríamos imbécilas.


Arturo Pérez Reverte XLSemanal 24/FEB/2008

Los Yankis, el Latín y Maripili

Los Yankis, el Latín y Maripili

Hay que fastidiarse. Resulta ahora que los enterradores de nuestro futuro cultural eliminan el Latín de los planes de estudio en Espa­ña, que a los norteamerica­nos les da por descubrir las bondades de esa lengua mal llamada muerta que, según el International He­rald Tribune, resucita y vuelve a estar de moda. A quien nace para picapedrero hasta del cielo le llueven piedras, y parece que todo el mundo se haya puesto de acuerdo para dejar con el culo al aire a ciertas luminarias de la política, la economía y la cultura, que pasarán a la Historia con el indudable mérito -no crean que es tan fácil; se requieren vocación y condiciones- de haber dejado el paisaje hecho un solar. Hace falta tener mala suerte: aunque también puede ser que, fatum aparte, el asun­to se limite a simple estupidez. Por­que a menudo resulta más nocivo un imbécil que un malaentraña.
Confieso que la noticia ha hecho que me relama de placer, entre otras cosas porque el arriba firmante ya dio su modesta caña hace unos me­ses en esta misma página con ese asunto a los del dieciseisayo, repro­chándoles rebajar el listón hasta el nivel de su propia mediocridad. Y hete aquí que, según los informes, en los Estados Unidos de América del Norte se registra en los últimos tiempos, un aumento de 150.000 a medio millón de estudiantes de la­tín, sólo en escuelas públicas. Imagi­no que, al enterarse de la noticia, el correspondiente subsecretario de li­quidaciones Culturales habrá encar­gado una encuesta urgente a la em­presa de sondeos de su prima Mari­pili, para averiguar cómo es posible que una lengua de curas y de arqueó­logos, que aquí acaban de cargarse de un plumazo para dejar lugar a otras asignaturas más prácticas, más bonitas y más modernas, registre un auge importante en Europa y en los Estados Unidos. Y que en Francia, sin ir más lejos, en lugar de supri­mirla en el bachillerato, le hayan añadido un curso más. Los hijopu­tas, prima. Cómo lo ves.
No sé qué diablos va a contarle Prospecciones Maripili S.A. al ministro del ramo en ese informe que de­ben de estarle preparando con toda urgencia. Y por el que, imagino, la antedicha Maripili y compañía trin­carán una pasta gansa a costa de los presupuestos del 95. Pero tampoco hay que herniarse buscando. El Herald Tribune, verbigracia, indica que los alumnos que conocen los rudi­mentos del Latín obtienen mejores resultados académicos, sociales v profesionales, gozan de mayor capacidad analítica y de relación, y po­seen un vocabulario más rico y más inteligente. El Latín, además, tiene aplicación en diferentes campos de la informática y es, incluso, utilizado a la manera de lengua franca en las redes electrónicas escolares y univer­sitarias por alumnos de diferentes países que no dominan el inglés, como los monjes en la Edad Media. Y además, es bonito. Pero amárrenme esa mosca por el rabo en este país nuestro, donde las humanidades son perseguidas con el mismo celo des­plegado antaño en la caza de judíos y liberales, y hogaño de moros, ne­gros y maricones. De quienes, por cierto, la palabra humanista será pronto sinónimo admitido -lo tra­gan todo- por la Real Academia.
Cuenta Antonio Muñoz Molina, que escribe libros y además es mi amigo, que ahora se arrepiente de no haber aprendido bien Latín en el cole, lo que le impide disfrutar, entre otras cosas, de los hexámetros de la Eneida o de la prosa hermosa y des­nuda de aquel fulano, Tácito. Anto­nio, como tantos de nosotros, tuvo la desgracia de que en un siniestro colegio de curas de su adolescencia lo vacunaran, muy jovencito, contra una lengua que se planteaba no co­mo una clave primera de la propia cultura, memoria y nacionalidad -los antiguos usaban lengua como si­nónimo de país o nación-, sino co­mo una disciplina penitenciaria, sór­dida, clerical. Estoy seguro de que, del mismo modo, los más lúcidos de nuestros hijos lamentarán el día de mañana haber crecido a la sombra de planes de estudio, Egebés, Logses y previsiones de futuro diseñadas -nefasta palabra-, aprobado y real­decretadas por una clase política analfabeta y satisfecha de haberse conocido. Sin que los eventuales re­cambios que haya la vista sean co­mo para ponerse a tirar cohetes.
(A todo esto, doy por sentado que los presuntos responsables del Minis­terio de Educación y Ciencia saben lo que es el Latín, o sea, una lengua an­tigua, etcétera, en la que se basan el castellano, el catalán, el francés y mu­chas otras lenguas. La hablaban los que salen en las películas de roma­nos. Para más datos, pueden consul­tar las 43 páginas que le dedica la En­ciclopedia Universal Espasa. Porque digo yo que conocerán el Espasa).


(Artículo publicado por Arturo Pérez-Reverte en El Semanal el 29 de Enero de 1995)

Descripción de la Grecia Antigua



Una interesante y breve lección de Geografía de la Grecia Antigua según los métodos modernos: ¡¡¡Con material audiovisual!!! Para que no tengáis que leer mucho, ¡que os cuesta! Echádle un vistazo y aprended algo. Saludos.

Los Verbos en Latín


Aquí tenéis un interesante ficha con las conjugaciones regulares de los verbos latinos tanto en voz activa como pasiva. Es una práctica chuleta que nos sirve para consultar rápidamente alguna duda sobre los verbos cuando estamos traduciendo, muy útil para estudiar en Latín I y para traducir en Latín II. Sólo tenéis que imprimirla a doble cara (que hay que ahorrar papel) y guardarla bien; os aseguro que se convertirá en uno de vuestros mejores amigos.



miércoles, 22 de octubre de 2008

Tito Livio


Bueno, chic@s, aquí os dejo la selección de textos de Tito Livio que entra para selectividad; ya sabéis, copiadlo, cambiadle la letra, ponedlo a doble espacio... como queráis, pero, por favor, que os motive para traducir, que es lo más importante de este curso. Ahí va el enlace:

Tito Livio