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martes, 20 de octubre de 2009

Publio Ovidio Nasón



Aquí tenéis el enlace para los textos de Ovidio que entran en la PAU. Están en Pdf, pero como yo sé que vosotros sois muy listicos, podéis seleccionar todo el texto, copiarlo y pegarlo en word, y de esta manera podéis ponerlo a doble espacio y con la letra que más os guste, y a lo mejor así os motiváis un poco y traducís más.

viernes, 16 de octubre de 2009

VISITA AL MARQ - LA BELLEZA EN EL CUERPO

Ya podemos dar por inaugurado el curso 2009-2010 con una sesión de fotos que hice el pasado 22 de septiembre durante la visita que realizamos con los alumnos de bachillerato de Humanidades al Museo Arqueológico de Alicante para ver la exposición "La Belleza en el Cuerpo", donde pudimos ver, entre otras joyas, el famosísimo Discóbolo. Aquí os dejo las fotos (pinchad sobre ellas para hacerlas más grandes).


viernes, 24 de abril de 2009

La muerte de Lucrecia

31 - La muerte de Lucrecia. Tiziano; siglo XVI. Fitzwilliam Museum (Cambridge)


A Lucrecia se la representa generalmente en el momento en que se mata clavándose un puñal o arrojándose sobre una espada.

Virtuosa noble romana, Lucrecia era esposa de Colatino. Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, se enamoró de ella y se introdujo de noche en su habitación, aprovechando la ausencia del marido, que estaba con el ejército. El hijo del rey, armado, intentó por todos los medios seducir a la mujer y ante el rechazo de Lucrecia amenazó con matarla a ella y a un esclavo y dejarla junto a su cadáver. De ese modo se pensaría que Lucrecia había sido sorprendida en adulterio, en compañía de un siervo. Sin escapatoria, la mujer cede a los deseos de Sexto. Al día siguiente Lucrecia mandó llamar a su padre y a su esposo. Después de informarles de lo sucedido, hace que los dos hombres juren vengarla y se quita la vida clavándose un puñal. Junio Bruto, sobrino de Tarquinio el Soberbio que asistió a la escena, incitó al pueblo a la revuelta y expulsó al rey y a sus hijos de Roma. Esa historia marca el comienzo de la República romana, de la que Bruto y Colatino fueron los dos primeros cónsules. La imagen de Lucrecia, que se mata prefiriendo la muerte al deshonor, es un tema recurrente en la iconografía renacentista, que interpreta el sacrificio extremo de la mujer como símbolo de la virtud conyugal.
En la imagen podemos ver a Sexto Tarquinio, que amenaza a Lucrecia, lanzándose contra ella armado con un puñal. Lucrecia trata en vano de liberarse de la amenazadora figura de Tarquinio.

El rapto de las Sabinas

30 - El rapto de las Sabinas. David; siglos XVIII – XIX. Museo del Louvre (París)

El episodio del rapto de las sabinas por los romanos se suele ambientar fuera o en los alrededores de la nueva fundación.

Después de haber fundado Roma, Rómulo se dio cuenta de que, para que su reino pudiera incrementarse manteniendo un sólido futuro, debía asegurar a la ciudad una descendencia segura y duradera. A tal fin envía mensajeros a las poblaciones vecinas con el encargo de establecer nuevas alianzas, garantizando de ese modo matrimonios seguros. Sin embargo, ninguno fue recibido benévolamente ya que las ciudades vecinas temen la eventual potencia futura de Roma. Así pues, Rómulo decidió organizar fiestas solemnes en honor de Neptuno e invita a los sabinos y a las poblaciones de los alrededores. Durante las celebraciones, a una señal convenida, los jóvenes romanos raptaron a las muchachas sabinas expulsando a sus familiares. Semejante gesto provocó la inevitable reacción de los sabinos, que declararon la guerra a Roma. Sin embargo, durante una sangrienta batalla, las mujeres sabinas se interpusieron entre los dos bandos enfrentados, implorando la deposición de las armas y el establecimiento de un acuerdo de paz. Sus plegarias fueron escuchadas y los dos pueblos se fundieron en uno solo con Roma por capital.
En la imagen vemos a Hersilia, hija del rey sabino Tito Tacio, que se había casado con Rómulo, entre su padre y su marido al tiempo que pide a los guerreros de ambos lados que no separen a las mujeres de sus esposos o a las madres de sus hijos. Otras mujeres sabinas se le unen en sus exhortaciones.

Rómulo y Remo

29 - Rómulo y Remo. P.P. Rubens; siglos XVI – XVII. Museos Capitolinos (Roma)

A Rómulo y Remo se les suele representar recién nacidos mientras los cría la loba. Las peripecias de los dos gemelos a veces se ilustran en ciclos de frescos.

Amulio y Numitor, hijos del rey de Alba Longa, Procas, descendientes de Eneas, sucedieron a su padre en el gobierno de la ciudad. Sediento de poder, Amulio expulsó al hermano y obligó a Rea Silvia, única hija de Numitor, a permanecer virgen convirtiéndola en vestal. A continuación el dios Marte yació con la muchacha, quien dio a luz a dos gemelos. En consecuencia, Amulio encerró a Rea Silvia en prisión y ordenó a un siervo abandonar a los recién nacidos en las aguas del Tíber. Sin embargo, la cesta en la que los niños habían sido colocados se quedó enganchada en la orilla y los pequeños fueron criados por una loba. En ese lugar habitaba el pastor Fáustulo, quien los confió al cuidado de su mujer. Al hacerse mayores, Rómulo y Remo llegaron a conocer su origen y, tras matar a Amulio, devuelven Alba Longa a Numitor. Luego los gemelos fundaron una nueva ciudad en el lugar en que habían sido abandonados. Posteriormente surgió una disputa entre ambos y Rómulo, después de haber matado a su hermano, concluyó la fundación de la ciudad.
La escena representa el momento en que el pastor Fáustulo, a la derecha, encuentra a los niños, que están siendo amamantados por la loba. La mujer joven que aparece a la izquierda parece ser Rea Silvia, madre de los gemelos. Y el anciano que aparece a su lado podría ser una representación del río Tíber.

Eneas relata a Dido sus aventuras

28 - Eneas relata a Dido sus aventuras. P. N. Guérin; siglo XVIII. Museo del Louvre (París)


La figura de Dido suele aparecer al lado de Eneas. El episodio que ha recibido especial favor de los artistas es el de la muerte de la reina cartaginesa.

El mito de Dido, hija de Muto, rey de Tiro, se remonta a las antiguas leyendas sobre las migraciones fenicias en el Mediterráneo. Virgilio se apropió de la tradición aportando algunas variantes importantes y haciendo de la reina uno de los personajes más famosos y caracterizados de su Eneida. A pesar de que entre la fecha de la caída de Troya y la de la fundación de Cartago pasaron más de tres siglos, el poeta latino imaginó a Dido y Eneas como contemporáneos y llevó a su héroe, tras abandonar Troya en llamas, arrastrado por una tempestad a las costas africanas en las cercanías de Cartago. Dido acogió benévolamente a Eneas, quien, durante un banquete en su honor, a petición de la reina contó las peripecias que le habían sucedido desde la caída de Troya; narró la treta de los griegos, el fin de Troya, su propia huida con un puñado de compatriotas y sus vagabundeos en busca de un nuevo hogar. La reina, cuyo marido había muerto muchos años antes asesinado por su hermano, se enamoró del héroe. Pero Eneas no puede escapar al destino que los dioses le tienen reservado a él y a su descendencia. El príncipe troyano, por invitación de Mercurio, se ve obligado a retomar el viaje, a pesar del profundo sentimiento que le une a Dido. Después de un afligido adiós en que la reina intentó en vano detener a su amado, el jefe troyano partió. Dido, desesperada, ordenó que se encendiera una pira fúnebre sobre la que se mata con la espada de Eneas.
En el cuadro de Guérin podemos ver una escena íntima en el interior del palacio; a la izquierda aparece Eneas, con el casco de penacho, contando a Dido sus peripecias desde su huída de Troya. Dido aparece recostada, escuchando embelesada las palabras de su amado. Abraza a un niño, probablemente Cupido bajo la figura de Ascanio, hijo del héroe. Tras ella, aparece una figura femenina, que bien pudiera ser una matrona, o bien su hermana pequeña Ana.

La conducción del caballo hacia Troya

27 - La conducción del caballo hacia Troya. Tiepolo; siglo XVIII. National Gallery (Londres)
Al caballo de Troya se le representa en el momento de su construcción, a la entrada de la ciudad, o también cuando los griegos irrumpen en ella desde el costado del caballo.

Homero, en la Odisea, indica brevemente el episodio de la construcción del caballo de madera y de la posterior toma de Troya. Virgilio recupera el tema y lo cuenta detalladamente en la Eneida. Después de muchos años de guerra los aqueos comprenden que no lograrán tomar Troya. Ulises, pensando en conquistar la ciudad con engaños, propone a Epeo, uno de los jefes griegos, ayudado por Minerva, la construcción de un gigantesco caballo de madera y esconde en el interior del vientre a los guerreros más valerosos. Luego los griegos se alejan de la costa simulando haber desistido del asedio, y atracan en una isla cercana. Los troyanos, aconsejados por Sinón, un griego infiltrado, deciden llevar el caballo al interior de la ciudad, y debido a las imponentes dimensiones de la figura de madera, que no puede pasar a través de las puertas, abaten parte de los muros. Troya será tomada esa misma noche.
En la imagen podemos observar como el caballo fue transportado a la ciudad gracias al auxilio de ruedas o rodillos construidos por los troyanos, tal como cuenta Homero.

Eneas huye de Troya

26 - Eneas huye de Troya. F. Barocci; siglo XVI. Galería Borghese (Roma)

Eneas no posee connotaciones iconográficas precisas. Los artistas ilustran las aventuras del héroe inspirándose principalmente en la Eneida de Virgilio, representándolo en pinturas singulares o en series de frescos.

Eneas, recordado por Homero entre los más valerosos jefes troyanos, fue hijo de Anquises y de Venus. Huyendo de Troya, Eneas se ve obligado a vagar por el Mediterráneo. Después de haber pasado por el Epiro y Sicilia, una tempestad lo arrojó a las costas de África donde fue acogido por Dido, reina de Cartago, que se enamoró del héroe. La reina deseaba que Eneas, convertido en su esposo, permaneciera con ella para siempre, pero el destino del troyano es inmutable. Exhortado por Mercurio, el héroe volvió al mar y Dido, desesperada, se quitó la vida. Zarpando de las costas africanas, Eneas desembarca en Italia, en las proximidades de Cumas, y pregunta a la famosa Sibila, que lo conduce al reino de las sombras donde se le confirma el destino que le aguarda: fundar una nueva patria en el lugar en que un día surgirá la ciudad de Roma. Retomando el viaje, el héroe troyano llega al Lacio, a la desembocadura del Tíber, donde es acogido por el rey Latino. A continuación sostiene numerosas batallas contra las poblaciones itálicas que le son hostiles, mandadas por Turno, rey de los rútulos, que morirá a manos del mismo Eneas.
En la imagen vemos a Eneas, al que se le suele representar mientras huye de Troya llevando a sus espaldas a su viejo padre Anquises. A su vez, su padre lleva en la mano los penates de Troya. La fuga sucede sobre el fondo de la ciudad en llamas. El niño a los pies de Eneas es Ascanio, llamado también Julo, cabeza de la familia de la gens Julia, de la que desciende directamente el emperador Augusto. Creusa, la esposa de Eneas, sigue al marido durante la fuga de Troya en llamas. Sin embargo, la mujer, perdida en el desorden y la confusión de la batalla, morirá.

Laocoonte

25 - Laocoonte. Atenodoro, Hagesandro y Polidoro; siglo II a. C. Museos vaticanos (Roma)

A Laocoonte, sacerdote troyano, se le suele representar en la playa de Troya, enroscado entre los anillos de unas terribles serpientes junto a dos de sus hijos.

Tras haber construido el caballo de madera, los griegos lo dejaron abandonado en la playa. Al día siguiente, los troyanos se acercaron a él y comenzó una discusión sobre qué hacer. Laocoonte, que se preparaba para cumplir un sacrificio a Neptuno, arrojó una lanza contra el vientre del enorme animal en el intento de convencer a sus compatriotas para que lo destruyeran. En ese momento llevaron ante Príamo a un griego, de nombre Sinón, que dijo que el enorme animal había sido construido por los griegos para dar gracias a Minerva. Además, si los troyanos llevaran el caballo a la ciudad, conquistarían el favor de la diosa, lo que les haría invencibles. Salieron de improviso del mar dos serpientes monstruosas que se dirigieron hacia los hijos de Laocoonte y se enroscaron a sus cuerpos. El sacerdote entonces corrió en ayuda de los muchachos, intentando matar a las horribles criaturas, pero también él quedó atrapado en sus terribles anillos y murió. Luego las serpientes se deslizaron veloces hacia el templo de Minerva donde desaparecieron. La muerte de Laocoonte se interpretó como un castigo divino y, por tanto, como prueba de la sinceridad de Sinón, y los troyanos llevaron el caballo a la ciudad, abriendo paso a su derrota.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La Fragua de Vulcano y Venus en la fragua de Vulcano.

23 - La fragua de Vulcano. Velázquez; siglos XVI – XVII. Museo del Prado (Madrid)
24 - Venus en la fragua de Vulcano. Le Nain; siglos XVII – XVIII. Museo Saint-Denis (Reims)



A Vulcano se le suele representar en su fragua, mientras forja metales. Atributos del dios son el yunque y el martillo. A veces le rodean los Cíclopes, sus ayudantes.

Vulcano, hijo de Júpiter y Juno, es el dios del fuego y herrero de los dioses, presentado en los relatos míticos como un dios cojo, defecto que, según algunos mitos, se remonta a su nacimiento. Por ese motivo, Juno, avergonzada de él, arrojó del Olimpo al hijo todavía en pañales. Caído en el Océano, Vulcano fue recogido por Tetis, que lo crió durante nueve años. En cambio, según otra versión del mito, el defecto de Vulcano se debió a Júpiter, quien, en un momento de ira, pues mientras discutía con Juno, Vulcano salió en defensa de su madre, lo agarró por un pie y lo arrojó del Olimpo. El dios estuvo cayendo durante un día entero hasta que al atardecer cayó sobre la isla de Lemnos y fue acogido y curado por los sintios, la población del lugar; por ello el culto de Vulcano se celebraba especialmente en esta isla; también se le honraba en las islas de origen volcánico, como Sicilia. En Roma el culto de Vulcano tenía orígenes muy antiguos. Además es el dios de los metales y la metalurgia, y reina sobre los volcanes, que son sus talleres, y en ellos trabaja con sus ayudantes los Cíclopes.
Vulcano se casó con Venus, quien le traicionó con Marte. Informado por el Sol de la infidelidad de su mujer, el dios preparó una red invisible que colocó sobre el tálamo (asunto que se observa en la obra de Velázquez). Apenas los dos amantes se acostaron, quedaron atrapados en la red. Luego Vulcano llamó a todos los dioses para que fueran testigos de la traición. Ese episodio ha atraído la fantasía de muchos artistas que, a veces, han reelaborado el mito aportando en sus pinturas soluciones originales. Vulcano aparece también solo con Venus en su fragua o mientras la diosa de la belleza le pide las armas para Eneas (momento representado en la obra de Le Nain) o cuando el dios entrega a Tetis las armas de Aquiles.
Encontramos otros mitos relacionados con Vulcano; así pues, ayudó a Júpiter en la batalla contra los gigantes, encadenó a Prometeo en el Cáucaso, creó y modeló a Pandora del fango, ayudó al nacimiento de Minerva al hender la cabeza de Júpiter.

El Rapto de Proserpina

21 - El rapto de Proserpina. Rubens; siglo XVI – XVII. Museo del Prado (Madrid)
22 - El rapto de Proserpina. Bernini;siglo XVII. Villa Borghese (Roma)


A Proserpina se la representa en el momento en que Plutón la rapta llevándosela en su carro: la muchacha levanta los brazos al cielo en señal de desesperación. A Plutón se le representa como un hombre de barba tupida y negros cabellos; a veces lleva una corona y blande un bidente. Frecuentemente se le representa en su carro, mientras se apresta a raptar a Proserpina; a un lado puede aparecer Cerbero.
Proserpina, hija de Júpiter y Ceres, es la reina de los infiernos. Plutón, hijo de Rea y Saturno, por tanto, hermano de Júpiter, señor del reino de las sombras, enamorado de la muchacha, la rapta mientras ella cogía flores con una ninfas en el llano de Enna, en Sicilia, y la hace su esposa. Orgulloso el dios con su presa, lanzó a todo correr sus caballos negros, abrió la tierra con un golpe de su cetro y se hundió en el reino de las tinieblas. Este rapto se realizó con la complicidad de Júpiter y en ausencia de Ceres. Al enterarse ésta de la desgracia, partió precipitadamente en busca de su hija, recorrió las montañas, exploró las cavernas y los bosques, atravesó los ríos, encendiendo al llegar la noche dos antorchas para poder continuar su camino en la oscuridad. Al llegar al lago de Siracusa encontró allí el velo de Proserpina y comprendió que el raptor de su hija había pasado por aquel lugar; después supo por boca de la ninfa Aretusa que el audaz raptor era Plutón. Ceres, al saber dónde se encuentra su hija, se retira enojada, lo que provoca carestías y sequía en la tierra. De modo que Júpiter ordena a Plutón que restituya a Proserpina a su madre; sin embargo, la joven ha comido un grano de granada y eso basta para unirla definitivamente al mundo del más allá. En efecto, según la tradición, quien quiera que llegue al mundo de los muertos y coma allí cualquier cosa, no puede volver al mundo de los vivos. Así pues, el rey de los dioses ordena que la hija de Ceres pase dos tercios del año en la tierra y un tercio con Plutón en el reino de los muertos. Según otros autores debe pasar la mitad del año en la tierra y la otra mitad en los infiernos.
A Proserpina se la celebra en el ámbito de las fiestas eleusinas, organizadas también en honor de Ceres. El culto de la diosa estaba difundido sobre todo en Sicilia, donde se pensaba que había ocurrido el rapto.
En el ámbito iconográfico, se ilustra también el retorno de la diosa al mundo de los vivos. Proserpina puede estar acompañada de Mercurio, el mensajero de los dioses, al que algunos atribuyen la función de benefactor. La granada, en cuanto fruto relacionado con Proserpina, fue considerada ya desde la Edad Media símbolo de resurrección.

Baco

20- Baco. Caravaggio; siglos XVI – XVII. Galería de los Uffizi (Florencia)


Se presenta a un joven desnudo, a veces borracho, con la cabeza ceñida con una corona de hojas de vid o de hiedra; en la mano sostiene el tirso o lleva una copa de vino o un racimo de uvas; también se le representa sobre el caro arrastrado por tigres, leopardos o cabras.

Baco, originariamente dios de la fertilidad, es famoso como dios del vino. Hijo de Júpiter y Sémele, el muchacho nació del muslo del padre, quien lo había cosido allí después de haber matado involuntariamente a la madre. Nació en Naxos y Mercurio lo llevó a Arabia a la mansión de las ninfas de Nisa. Confiado al cuidado de las ninfas, también fue educado por los sátiros y por el sabio Sileno, que le enseñó a plantar la viña, y las Musas le instruyeron en el canto y la danza. La difusión del culto de Baco en Grecia se correspondió con la difusión contemporánea del cultivo de la vid. En las fiestas en honor del dios participaban las bacantes, también llamadas ménades.
Cuando los Gigantes escalaron el cielo, Baco, tomando la forma de un león, luchó contra ellos con tanto éxito como bravura. Júpiter le animaba a la lucha gritándole: "¡Evohé! ¡Valor, hijo mío, valor!" y de ahí el sobrenombre de Evohé.
A Baco se le representa en muchas ocasiones en compañía de sus acólitos entregados a danzas desenfrenadas, con un pandero o tamboriles en las manos y dominados por la borrachera. Además de las ménades, en el cortejo de Baco aparecen frecuentemente los sátiros, que a veces se acompañan con la flauta, y Sileno a la grupa de un asno. A veces en tan ruidosos cortejos se puede encontrar también a Ariadna, consolada por Baco tras haber sido abandonada por Teseo y convertido luego en su esposa. Baco y Ariadna suelen ser representados juntos con su séquito sobre un carro arrastrado por tigres, leopardos o cabras. A ese tipo de representación se le llama el triunfo de Baco. Mientras los primeros animales se refieren probablemente a la difusión del culto de Dionisio en Asia, los segundos aluden a los orígenes del dios, adorado bajo la forma de cabra o toro.
A pesar de su benevolencia, Baco castigó sin reparos a quienes se negaron a reconocerle por dios o se mostraron ingratos a sus beneficios, como las Mineidas, convertidas en murciélagos por negarse a rendir culto al dios, o Licurgo, rey de los edones que se opuso a la propagación de la vid y por ello fue atado a un árbol y abandonado a las bestias feroces, o Penteo, rey de Tebas.

Diana de Versalles

19 - Diana de Versalles. Copia romana de un original griego del siglo IV a.C. Museo del Louvre (Paris)



A Diana se la representa como joven cazadora, vestida con túnica y los cabellos recogidos. Entre sus atributos, la media luna sobre la cabeza, el arco y las flechas; a veces lleva una lanza. Acompañan uno o más perros o un ciervo.

Diana era hija de Júpiter y Latona, hermana gemela de Apolo, y una de las doce divinidades del Olimpo, diosa de la caza. Nació en Delos y, recién nacida, ayudó a la madre a traer al mundo a su hermano.
Diana no tuvo compañero; es la diosa virgen por excelencia, símbolo de castidad y por ello protectora de las jóvenes muchachas hasta el momento del matrimonio. Ninguno de los pretendientes que intentaron conseguir su amor pudieron lograrlo, y por eso le ha sido otorgado el sobrenombre de “casta”. La historia de Endimión no contradice esta idea, ya que el pastor de Caria, Endimión, que tenía el privilegio de no envejecer, una noche se quedó dormido sobre el monte Latmos y fue observado durante largo rato por la diosa Diana, que se había prendado de su belleza. Pero se alude aquí a la diosa Diana como personificación de la Luna. Su placer es la caza y pasa la mayor parte del tiempo en los bosques junto a sus perros y las ninfas sus compañeras, igualmente castas y puras. Terminada la caza, a la diosa le gusta descansar en una fuente junto a las ninfas.
A Diana cazadora se la representa como una muchacha alta, armada con arco y flechas y precedida por perros o por un ciervo. Sus piernas y sus pies aparecen desnudos o calzados con sandalias. Lleva los cabellos recogidos y una media luna sobre la cabeza. De hecho, en las manifestaciones tardías del mito, su imagen se asocia con la luna. Otras veces la diosa de la caza se representa mientras se baña en una fuente, sola o acompañada de las ninfas. Los artistas representan a veces a Diana y las ninfas sorprendidas por los sátiros. En realidad, ese tema, que no se encuentra en la mitología, es alegórico y alude al predominio de la lujuria sobre la castidad.
Mitos relacionados con la diosa Diana son la transfiguración de Acteón en ciervo, por haber visto a la diosa bañándose desnuda, o la de Calisto en oso, a petición de Juno por haberse dejado seducir por Júpiter. También el mito en el que Diana se enamora de Endimión o en el que mata con Apolo a las hijas de Niobe, quien se atrevió a sostener que era superior a Latona porque tenía más hijos que la diosa.

martes, 10 de marzo de 2009

Las Suplicantes - IES. Infante D. Juan Manuel



Hola Perlas, aquí tenéis la representación de vuestros compañeros en el Encuentro Grecolatino. Se trata de una mini-versión de Las Suplicantes de Esquilo. No lo hicieron tan mal como se pensaba, de hecho ganaron el 2º Premio de Adaptaciones Mitológicas. De aquí a Hollywood, por lo menos! A ver si nos animamos y para el próximo curso creamos un grupo de teatro con más tiempo para ensayar.

sábado, 7 de marzo de 2009

FOTOS IV ENCUENTRO GRECOLATINO



Bueno, ¡ya ha pasado! Qué ganas tenía de que se celebrara de una vez por todas el dichoso Encuentro Grecolatino que me venía quitando el sueño. Sin embargo ahora ya puedo hablar del maravilloso, hermoso, precioso... Encuentro Grecolatino, porque... ¿quiénes son los ganadores? Sin duda alguna, el IES. Infante, y porque no nos dejaron llevarnos más premios: Ganamos el 1º Premio en el "Concurso de Cultura Clásica", el 2º Premio en el "Concurso de Dramatizaciones de Mitos", y como ya teníamos muchos, no quisieron darnos el premio a Miss Olimpia, pero era evidente que la más guapa y mejor vestida de las candidatas era nuestra Ana, y no es amor de madre, es objetividad. ¡Somos los mejores! Y aunque no quieran que volvamos a ganar, el año que viene el Infante será otra vez el vencedor. ¡¡¡ESPARTANOS!!! ¡Au!, ¡Au!

Voy a ir poniendo poco a poco las fotos que hice en el Encuentro. Si vosotros tenéis alguna que sea digna de aparecer en mi blog, porfi, ¡madádmela! Ya sabéis, pinchad sobre la imagen y se hará más grande.