30 - El rapto de las Sabinas. David; siglos XVIII – XIX. Museo del Louvre (París)
El episodio del rapto de las sabinas por los romanos se suele ambientar fuera o en los alrededores de la nueva fundación.
Después de haber fundado Roma, Rómulo se dio cuenta de que, para que su reino pudiera incrementarse manteniendo un sólido futuro, debía asegurar a la ciudad una descendencia segura y duradera. A tal fin envía mensajeros a las poblaciones vecinas con el encargo de establecer nuevas alianzas, garantizando de ese modo matrimonios seguros. Sin embargo, ninguno fue recibido benévolamente ya que las ciudades vecinas temen la eventual potencia futura de Roma. Así pues, Rómulo decidió organizar fiestas solemnes en honor de Neptuno e invita a los sabinos y a las poblaciones de los alrededores. Durante las celebraciones, a una señal convenida, los jóvenes romanos raptaron a las muchachas sabinas expulsando a sus familiares. Semejante gesto provocó la inevitable reacción de los sabinos, que declararon la guerra a Roma. Sin embargo, durante una sangrienta batalla, las mujeres sabinas se interpusieron entre los dos bandos enfrentados, implorando la deposición de las armas y el establecimiento de un acuerdo de paz. Sus plegarias fueron escuchadas y los dos pueblos se fundieron en uno solo con Roma por capital.
En la imagen vemos a Hersilia, hija del rey sabino Tito Tacio, que se había casado con Rómulo, entre su padre y su marido al tiempo que pide a los guerreros de ambos lados que no separen a las mujeres de sus esposos o a las madres de sus hijos. Otras mujeres sabinas se le unen en sus exhortaciones.
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