31 - La muerte de Lucrecia. Tiziano; siglo XVI. Fitzwilliam Museum (Cambridge)
A Lucrecia se la representa generalmente en el momento en que se mata clavándose un puñal o arrojándose sobre una espada.
Virtuosa noble romana, Lucrecia era esposa de Colatino. Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, se enamoró de ella y se introdujo de noche en su habitación, aprovechando la ausencia del marido, que estaba con el ejército. El hijo del rey, armado, intentó por todos los medios seducir a la mujer y ante el rechazo de Lucrecia amenazó con matarla a ella y a un esclavo y dejarla junto a su cadáver. De ese modo se pensaría que Lucrecia había sido sorprendida en adulterio, en compañía de un siervo. Sin escapatoria, la mujer cede a los deseos de Sexto. Al día siguiente Lucrecia mandó llamar a su padre y a su esposo. Después de informarles de lo sucedido, hace que los dos hombres juren vengarla y se quita la vida clavándose un puñal. Junio Bruto, sobrino de Tarquinio el Soberbio que asistió a la escena, incitó al pueblo a la revuelta y expulsó al rey y a sus hijos de Roma. Esa historia marca el comienzo de la República romana, de la que Bruto y Colatino fueron los dos primeros cónsules. La imagen de Lucrecia, que se mata prefiriendo la muerte al deshonor, es un tema recurrente en la iconografía renacentista, que interpreta el sacrificio extremo de la mujer como símbolo de la virtud conyugal.
En la imagen podemos ver a Sexto Tarquinio, que amenaza a Lucrecia, lanzándose contra ella armado con un puñal. Lucrecia trata en vano de liberarse de la amenazadora figura de Tarquinio.