15 - Mercurio. Rubens; siglos XVI – XVII. Museo del Prado - Madrid –

Mercurio, hijo de Júpiter y Maya, y una de las doce divinidades principales del Olimpo, fue un muchacho extraordinariamente precoz. Apenas nacido, se liberó de las fajaduras y robó los bueyes de Admeto, custodiados por Apolo. A continuación, el dios Sol cedió los animales a Mercurio a cambio de la lira que el astuto muchacho había construido con la concha de una tortuga. Por ese episodio se atribuye a Apolo la imagen de dios de la música. Júpiter, sorprendido por la energía de Mercurio, lo nombró mensajero de los dioses. En los relatos míticos, en efecto, el dios aparece sobre todo como quien lleva los mensajes a los dioses y a los hombres. Se le representa generalmente como un joven atlético; sus atributos son el calzado alado, que le permite desplazarse rápidamente, y el gorro alado, llamado petaso. Además blande el caduceo, una vara con dos serpientes enroscadas, a veces remontado con alas, que tiene el poder de inducir al sueño. Desde el punto de vista alegórico Mercurio personifica las cualidades del educador: la razón y la elocuencia. Bajo ese aspecto, se le representa mientras educa a Amor.
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